ESCRIBE EL DOCTOR HERNANI JUSTO BARILI
El 6 de septiembre de 1930 se produjo el primero de una serie de golpes de Estado en Argentina que llevó al poder a los militares para establecer un gobierno de facto, después de derrocar al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, al Congreso Nacional y a doce de los catorce gobiernos provinciales (no fueron derrocados los gobiernos de San Luis y Entre Ríos), dando inicio al periodo conocido como «Década Infame» (1930-1943).
Los miembros de la Corte Suprema (José Figueroa Alcorta, Roberto Repetto, Ricardo Lavalle y Antonio Sagarna) y el procurador general (Horacio Rodríguez Larreta), permanecieron en sus cargos y avalaron el golpe mediante la doctrina de los gobiernos de facto.
El golpe de Estado fue ejecutado por un grupo de militares y civiles encabezados por el teniente general José Félix Uriburu, quien estableció una dictadura, con apoyo de influyentes grupos políticos, empresariales y mediáticos.
Rauch no estuvo al margen de los hechos, siendo destituido el intendente Juan Eliçagaray, las autoridades del Concejo Deliberante, Concejo Escolar y Juzgado de Paz.
Desplazado el gobernador Nereo Crovetto y su vicegobernador Juan Garralda, es designado Interventor Federal Carlos Meyer Pellegrini, nombrando Comisionado Municipal a Raúl Máximo Gianello, quien hasta ese momento se desempeñaba como administrador de la estancia “Las Margaritas” de José María Imaz.
Entre las decisiones de gobierno ejecutadas por el flamante jefe comunal, y grupo de colaboradores, se destaca el acto de sustituir el nombre a la Avda. “Presidente Yrigoyen”, por el de “6 de Septiembre”, en acción de gracia a la gesta patriótica del sector revolucionario.
Recordemos que el nombre de “Avda. Presidente Yrigoyen” fue impuesto por Ordenanza del 13 de noviembre de 1927. El 20 de octubre de 1930 se dicta el siguiente Decreto:
“Atento a que es un patriótico deber el perpetuar los hechos transcendentales para la nacionalidad, así como esta debe honrar a los que han sabido servirla con patriotismo e inteligencia y en vista de que la reciente revolución del 6 de Septiembre marca una época en el desarrollo constitucional y democrático del país, el inscripto Comisionado Municipal decreta: Art.1º Cámbiese por el de 6 de Septiembre el nombre de la actual Avenida Presidente Yrigoyen.
Art.2ºCumplase, publíquese, etc.
Debieron pasar 15 años para que un Comisionado Municipal, Martiniano Benito Molinuevo, tuviese el gesto conciliador y altruista de restituir el nombre original.
Una nueva revolución militar en 1943 daba por finalizada la “década infame”. El Comisionado Municipal hizo los trámites y notas pertinentes ante las autoridades provinciales, siendo Interventor Federal Juan Atilio Bramuglia, para volver a colocar el nombre original e intentar cerrar las heridas políticas. Logrado el cometido político y administrativo, se dicta el siguiente Decreto Municipal:
“Visto el Decreto N° 14.448 dictado en fecha 6 del mes en curso por la Intervención Federal en la provincia de Buenos Aires expediente R/652/1945 por el que se autoriza a esta Comisionatura a restituir a la avenida, hoy, “6 de Septiembre” el nombre de “Presidente Yrigoyen” que le fue cambiado en octubre de 1930 y considerando que en el año 1930, el choque de las pasiones políticas encontradas, producidas particularmente por el afán de sumergir en el olvido el nombre de “Hipólito Yrigoyen, que era a la sazón bandera, nervio vital y jefe insustituible de la Unión Cívica Radical, pudo justificar la supresión del nombre que recordaba al más austero conductor de muchedumbre que haya conocido la República Argentina. Que no se concibe hoy cuando las masas ciudadanas desorientadas buscan, como Diógenes con su lámpara, al “hombre” incontaminado que las conduzca, cuando el país sin discriminación de ideologías políticas vuelve sus ojos hacia el recuerdo de aquel gran artífice de la democracia, subsista en este pueblo una arteria con el nombre de 6 de Septiembre, que además de perpetuar un acto político que el país ya ha desaprobado en forma harto elocuente, constituye una lápida a la memoria del que fue el más grande defensor de la soberanía popular; que por otra parte, es quizás el único caso en la historia en que el pueblo argentino lloró la desaparición de un ex presidente que tres años antes había sido derrocado del poder, quizás por la incomprensión de los hombres; que en virtud a lo expuesto, la Municipalidad en su carácter de auténtica Institución del pueblo, no puede dejar de vindicar la memoria del que fue señor del idealismo y dignidad nacional sin mostrarse remisa en la interpretación del sentimiento de su pueblo. Por todo ello, el comisionado Municipal decreta:
Art.1º. Restitúyase el nombre de “Presidente Yrigoyen” a la avenida que, hoy, se denomina “6 de Septiembre”.
Art.2º. Fijase para el 30 del corriente a las 15 horas para que en la intersección de la Avenida San Martín y la mencionada en el Art.1º, se realice en acto público la colocación de las chapas de identificación de la arteria de referencia.
Art.3ºCúrsese invitaciones a las Instituciones, Asociaciones Culturales y Deportivas y al pueblo en general, para asistir al acto citado en el Artículo 2º.
Art.3º.Hágase saber y dese al libro de R. y D.
El 9 de septiembre de 1945 el semanario Alem publica en su portada:
“La Intervención Federal en la Provincia de Buenos Aires ha dado el viernes un decreto, originado en gestiones del Comisionado Municipal Sr. Molinuevo por el que se le autoriza para restituir el nombre de Presidente Yrigoyen a la actual Avda. 6 de Septiembre de esta localidad”…
“Consideramos de estricta justicia el acto a realizarse y los términos del decreto, que tiende a establecer en su debido punto la verdad histórica y a delinear el rumbo de la amplia reparación institucional que el país espera”.
Posteriormente al acto público de restituir el nombre a la avenida, en la actual esquina de la mercería y lencería “Ensueños”, el semanario Alem hace una breve pero contundente aclaración referente al acto el 7 de octubre de 1945:
“…el comité local de la Unión Cívica Radical, ante los rumores y suspicacias derivadas del hecho de que algunas personas ligadas al mismo por ideales comunes, hicieron uso de la palabra en el acto de la colocación de la chapa con la inscripción Presidente Hipólito Yrigoyen, a la avenida restituida a su primitiva denominación. Declara: que el comité no ha tenido injerencia ni auspiciado ese acto, que por el carácter de las autoridades que lo propician no constituye un desagravio pleno a la memoria del ex presidente Yrigoyen; que por tanto deja constancia ante el partido que los oradores que han hecho uso de la palabra, en ese acto, lo han hecho por inspiración personal, sin investir, ni invocar representación alguna del Comité; al mismo tiempo y velando por la disciplina partidaria se llama la atención de los afiliados sobre la disposición del Comité Nacional, de no compartir tribunas adversarias o hacer declaraciones que no vayan respaldadas por la autoridad de los organismos partidarios, únicos autorizados para hacerla”.
Uno de los oradores fue el Dr. Juan Miguel Molinuevo.
Martiniano B. Molinuevo falleció el 5 de enero de 1948.
Hoy, después de tantos años del reconocido gesto conciliador y de construir un modelo de convivencia democrática, ninguna calle y espacio público, lleva el nombre de Martiniano Benito Molinuevo, como tampoco está su retrato en el Salón Blanco de la Municipalidad.