La carne asada es una tradición añeja proveniente de las grandes extensiones fértiles de la llanura pampeana. Pero el asado argentino es más que la comida típica; es todo un ritual.
Cualquier excusa es buena para poner unas carnes a la parrilla. O lo que es lo mismo: cualquier excusa es buena para juntar a la familia o amigos alrededor de la parrilla. Un encuentro informal, amistoso y hogareño que se va transmitiendo de generación en generación.
Es que el asado argentino está muy vinculado con la amistad y la familia. Pero también con secretos transmitidos y particulares formas de consumir y cocinar la carne.
En la mayoría de los casos se realiza a base de carne vacuna. Los cortes más utilizados son el asado de tira y el vacío. Pero siempre acompañados de achuras: mollejas, chinchulines, riñones, morcillas y chorizos.
Sin embargo en este caso vamos a hablar de un corte no tan popular pero riquísimo: la pestaña de bife. La realidad es que siempre queda olvidado por su compañero el “ojo de bife” de allí se extrae ya que es su tapa, pero tiene un sabor y terneza inconfundible que nada tiene que envidiarle a otros cortes y es de cocción rápida.
¿Cómo preparar una buena pestaña de bife?
- Primero hay que separar la pestaña o ceja de bife del bife ancho. Para hacerlo mas fácil, es la parte de arriba y se puede separar casi en su totalidad con las manos.
- Luego retirarle la parte de atras, donde hay una tela que la parrilla se puede endurecer.
- Más adelante, colocar el corte del lado de la grasa y echarle un poco de sal gruesa.
- Al cabo de unos diez minutos, la carne va a empezar a soltar sus jugos y es momento de darla vuelta.
- Esperar unos 10 minutos más y ya hay que sacarla de la parrilla.
- Dejarla reposar un ratito y listo.