Los tiempos son complicados. La crisis golpea donde más duele: el empleo. La forma de lograr el sustento que te permita acceder a la indispensable para sobrevivir. Sin embargo, por estos tiempos de incertidumbre hay preocupación lógica entre los empleados del Correo Argentino. Veintisiete sucursales ya cerraron y otras también tenderían a desaparecer.
En Rauch la sucursal local cuenta con dos empleados menos: a uno no se le reenovó el contrato y otro accedió al retiro voluntario con 21 añlosa de servicio.
En la actualidad solo cuenta con tres personas, incluyendo al Jefe del Correo un hombre que desde hace un tiempo viene a Rauch desde San Miguel del Monte. El edificio está desmejorado, no cuenta con demasiada tecnología y los servicios son limitados.
En las últimas semanas, diversas localidades y ciudades de la provincia de Buenos Aires han sido testigos del cierre de sucursales del Correo Argentino, dejando a su paso despidos masivos y un evidente perjuicio para las comunidades que dependen de este servicio esencial.
Este movimiento, lejos de ser fortuito, parece estar vinculado a la intención del Gobierno Nacional de privatizar el Correo Argentino, una medida que ha suscitado preocupación y críticas en diversos sectores de la sociedad.
A la par de los cierres, se ha puesto sobre la mesa la opción de retiros voluntarios para la totalidad del personal, una medida que, si bien puede ser presentada como una opción, en realidad parece ser un paso más hacia la reducción drástica de la presencia del Correo en el territorio, especialmente en localidades medianas y pequeñas. Esto deja en claro que se estaría avanzando hacia un modelo donde solamente las grandes ciudades contarían con sucursales del Correo Argentino, dejando desprotegidas a las poblaciones más alejadas o de menor densidad demográfica.