El 31 de octubre, Día de las Iglesias Evangélicas, celebramos una rica historia de fe y compromiso que ha forjado un camino de crecimiento, solidaridad y transformación en todo el mundo.
Con raíces en la Reforma Protestante del siglo XVI, el movimiento evangélico fue impulsado por la idea de un acceso directo a Dios y a la Biblia, valores que continúan presentes hoy, brindando apoyo espiritual y contención social a comunidades de todas las edades y condiciones.
En Argentina, las Iglesias Evangélicas han tenido un papel destacado en situaciones críticas, como en Rosario, donde pastores y líderes religiosos han desarrollado una labor invaluable en las cárceles y en comunidades afectadas por el narcotráfico.
Allí, congregaciones como El Redil de Cristo y Puerta del Cielo lideran iniciativas de cambio social dentro de los pabellones penitenciarios. Bajo su liderazgo, internos que alguna vez participaron en redes criminales han hallado una vía hacia la reintegración y la paz. Este esfuerzo no solo mejora la vida de los internos y reduce la violencia dentro de las prisiones, sino que también ofrece una alternativa a la influencia del narcotráfico en sectores vulnerables de la ciudad, con lo cual los niveles delictivos y de violencia se han visto reducidos considerablemente; logrando el reconocimiento de las propias autoridades en materia de seguridad Provinciales y Nacionales.
A medida que el país enfrenta una situación económica y social compleja, marcada por altos niveles de pobreza y desempleo, el trabajo de las Iglesias Evangélicas se vuelve aún más crucial. Comprometidas a brindar apoyo, nuestras congregaciones ofrecen alimentos, programas de capacitación, acompañamiento emocional y oportunidades de crecimiento espiritual a quienes más lo necesitan.
Es un llamado a la acción y a la esperanza que día a día transforma vidas y construye comunidad.
Hoy, más que nunca, las Iglesias Evangélicas reafirman su compromiso de seguir siendo un refugio de fe y fortaleza en un contexto desafiante.
Comunidad evangélica de Rauch