Dirigentes de la Sociedad Rural reclamaron celeridad al Gobierno para implementar el programa de Identificación de Tranqueras

El Programa de Identificación de Tranqueras, aprobado hace años por el Concejo Deliberante y presentado como una herramienta importante para mejorar la localización de establecimientos rurales ante situaciones de emergencia, avanza en Rauch mucho más lento de lo esperado.

Como anticipó La Nueva Verdad de Rauch hace algunas semanas, a pesar de que en junio de este año comenzó formalmente la colocación de las placas identificatorias, el progreso ha sido mínimo: de las 1.500 placas previstas, apenas se instalaron alrededor de 300, es decir, menos del 25 por ciento del total.

La tarea quedó prácticamente en manos de un solo efectivo del Comando de Prevención Rural (CPR), una dependencia que opera con recursos limitados, apenas tres patrulleros y la custodia de 435 mil hectáreas del distrito.

El ritmo de avance generó preocupación en distintas instituciones vinculadas al sector agropecuario, entre ellas la Sociedad Rural de Rauch, que recientemente reclamó celeridad al intendente Maximiliano Suescun, advirtiendo sobre la importancia estratégica del programa para la seguridad rural y la respuesta ante emergencias.

Cabe señalar que fuentes consultadas hace algunas semanas habían advertido que, de mantenerse el actual esquema, “a este ritmo no alcanzará 2026 para contar con este dispositivo fundamental para quienes debemos intervenir ante una urgencia”.

En ese sentido, señalan que la implementación quedó “atrapada” en un esquema operativo complejo, claramente insuficiente para cubrir la amplitud territorial del Partido de Rauch.

El programa contempla la georreferenciación completa de los campos y la asignación de un número individual de RENSPA para identificar cada establecimiento, una iniciativa que en su momento fue bien recibida por el potencial impacto positivo en la respuesta ante emergencias y el refuerzo de la seguridad rural.

Sin embargo, la realidad muestra otra cara. La colocación de las placas, avanza con extrema lentitud. A la falta de personal se suma, según fuentes del sector rural, “un mecanismo operativo demasiado engorroso”, que dificulta la continuidad del trabajo en el territorio.
“El trabajo es lento. Operativamente es complejo y se necesita conectividad a internet, algo de lo que no disponemos en el sector rural. Sin conectividad es imposible acceder a la aplicación”, señalaron fuentes consultadas.