El Concejo Deliberante aprobó por unanimidad un pedido de informes al Departamento Ejecutivo para que explique las razones técnicas, jurídicas y administrativas que motivaron la intervención en la esquina de Aristóbulo del Valle y Garralda, realizada sin la anuencia del cuerpo legislativo.
La iniciativa, presentada por el concejal Alberto Martín, solicita además que se remita al Concejo el acto administrativo dictado al efecto y que se retrotraiga la medida, retirando los divisores colocados en la intersección o, en su defecto, que el Ejecutivo envíe de manera urgente un proyecto de ordenanza que ratifique o complemente la decisión adoptada.
Martín recordó que “existe un proyecto original de Juntos para intervenir las cuatro esquinas de las plazas, que fue debatido en comisión el año pasado, pero no hubo consenso para avanzar”. En ese sentido, subrayó que “el Concejo es el ámbito que debe intervenir en este tipo de acciones, porque la representación de los vecinos se refleja en las decisiones que tomamos como cuerpo deliberativo”.

El edil cuestionó que, pese a tratarse de una medida transitoria de 90 días, los divisores y restricciones al tránsito —como la prohibición de giro a la izquierda— permanecen desde hace más de seis meses, sin que se haya enviado un proyecto de ordenanza que las respalde.
Por su parte, un concejal del bloque Juntos defendió la actuación del Ejecutivo al afirmar que “la intervención se realizó para salvar vidas, ni más ni menos. Se buscó cuidar a todos los raucheneses, especialmente a los peatones”. Según datos aportados por la Dirección de Tránsito, la medida habría contribuido a reducir la siniestralidad en la zona.
El edil oficialista reconoció, no obstante, que “sería necesario que el Ejecutivo eleve un proyecto para regularizar esas acciones”, y destacó que la intervención formó parte de una prueba piloto con recursos limitados, destinada a evaluar mejoras en seguridad vial.

“Vamos a acompañar el pedido de informes porque entendemos que deben respetarse los actos administrativos —agregó—, pero esta acción fue pensada para proteger a los ciudadanos. Debemos avanzar hacia un proyecto superador que priorice la seguridad y deje atrás el paradigma del lomo de burro, apostando a señaléticas más amigables”.
El debate continuó con las intervenciones de los concejales Luciana Guzmán y María Lamarche, quienes coincidieron en la necesidad de que cualquier acción de modificación del tránsito cuente con el aval del Concejo Deliberante.