Durante la realización el último viernes de la Fiesta del Deporte en Rauch, y la entrega de los Premios Gallo dejó un vacío imposible de llenar. La ausencia de José Agustín “Pepito” Larroudé, el piloto rauchense fallecido trágicamente en agosto pasado en un accidente de tránsito. Su ausencia se sintió profundamente en un evento que durante años lo reconoció por su talento, humildad y sus logros deportivos.
“Pepito”, falleció trágicamente en agosto a los 20 años. La ciudad todavía lo llora. No lo olvida y lo extraña. Es que el joven piloto dejó una marca imborrable en el automovilismo y en el corazón de toda la ciudad.

Durante la entrega de los Premios Gallo, la ciclista Selva Pagano rindió un emotivo homenaje al subir al escenario: lo hizo portando una vela que se mantuvo encendida durante todo el evento, que se ubicaba sobre una base con la inscripción “Pepito 31”, el número que el rauchense exhibía en el lateral de la cafetera que utilizaba en la clase Mar y Sierras “B”, categoría en la que competía paralelamente a la de APAC.

Este gesto, cargado de simbolismo, fue un tributo sincero y conmovedor que resonó entre los presentes. Selva, visiblemente emocionada, expresó consultada por LA NUEVA VERDAD DE RAUCH que este homenaje significó “una forma de mantener viva la memoria de Pepito”, un joven que dejó una huella indeleble en el deporte local, pero que se caracterizó por “su humildad y su gran corazón”.
La pérdida de Pepito unió a la comunidad en duelo y homenaje. Su legado perdurará no solo en las pistas de automovilismo, sino también en los corazones de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y admirarlo.
