A los 89 años, falleció en Rauch Alberto Luis Guaita, “Chiquitín”. Su partida deja un profundo vacío entre quienes lo conocieron, no solo como aficionado del tango, sino también por su calidez y amabilidad. Guaita fue un hombre de vida sencilla, de diálogo fácil y siempre dispuesto a brindar una palabra amable o compartir momentos con quienes lo rodeaban.
Fue mecánico de profesión y durante décadas con su hermano Raul estuvieron al frente del taller de calle Larrea. Fue animador de grandes veladas como interprete aficionado evocando a grandes cantores. Representó por años a Rauch en los Torneos Bonaerenses junto a Teresita Del Oro, su esposa. Su pasión por el tango lo convirtió en una figura querida en la comunidad.
Los restos de Guaita fueron velados en la sala de Moreno 399, y a las 11 horas recibieron cristiana sepultura en el Cementerio local.
Hoy se apaga una voz que resonó con pasión y dedicación en los rincones de nuestra ciudad, pero su recuerdo perdurará en quienes compartieron con él su amor por el tango y su calidad humana.