Este viernes por la mañana se vivió un momento cargado de emoción frente al Hospital Municipal de Rauch, donde se concretó la imposición del nombre Rosa Noemí Cowes a la Sala Clínica de Oncología. Visiblemente conmovida, su hija Eliana Vela, también enfermera, tomó la palabra y compartió un sentido mensaje en memoria de su madre.
“Hoy me toca recorrer los pasillos del hospital, ya que elegí la misma profesión que mi mamá. Una profesión que siempre me llenó de orgullo gracias a ella, a lo que fue como enfermera y como persona”, comenzó diciendo Eliana, quien se desempeña actualmente en el sistema de salud local.
Destacó que fueron 35 años de servicio de Rosa Cowes en el hospital, donde dejó una huella imborrable: “siempre venía a trabajar con amor, con alegría. La cargábamos y le decíamos ‘nadie te va a hacer un monumento en el hospital porque vayas tanto’. Pero no importaba. Ella lo hacía con amor, sin esperar nada a cambio. Eso era lo que la destacaba”.
La joven también recordó que su madre estuvo desde el inicio en la Sala de Oncología, un espacio que requiere una vocación especial: “No todas pueden llevar a cabo este trabajo, donde tenés que estar acompañando no solo al paciente, sino también a su familia”.
Conmovida, Eliana habló de la dura etapa en la que Rosa se convirtió en paciente oncológica: “Qué ironía la de la vida, que a ella le tocó ser paciente de esta sala. Y siempre, hasta último momento, intentó cuidarnos a nosotros, sus hijos, más allá de lo que ella estaba pasando”.
Finalmente, cerró diciendo: “Estamos muy orgullosos y contentos de que se haya tomado esta decisión, de que se pueda concretar esto, y darnos un poco de paz en nuestro corazón. Recordarla siempre, todos nosotros y todo el pueblo de Rauch. Le damos gracias”.






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