El historiador rauchense Hernani Justo Barili publicó recientemente un artículo en el que repasa la trayectoria del coronel Ramón L. Falcón, figura controvertida de la historia argentina, y su estrecha relación con la ciudad de Rauch a través de vínculos familiares y sociales.
Ramón L. Falcón nació en Buenos Aires el 30 de agosto de 1855. Ingresó al Colegio Militar como primer cadete en 1870, egresando tres años después con honores. Participó en la represión de la rebelión jordanista y desarrolló una extensa carrera en las fuerzas armadas, alcanzando el grado de coronel en 1906.
Ese mismo año, fue designado jefe de Policía de la Capital Federal, cargo desde el cual impulsó la creación de la Escuela del Cuerpo de Cadetes y promovió reformas edilicias en las comisarías. Sin embargo, su gestión quedó marcada por la dura represión de manifestaciones obreras, especialmente las del 1º de mayo de 1907 y 1909, dejando un saldo trágico de muertos y heridos.
El 14 de noviembre de 1909, Falcón fue asesinado mediante un atentado con bomba perpetrado por el joven anarquista Simón Radowitzky, como represalia por la violencia institucional ejercida desde su cargo.
Más allá de su controvertida actuación pública, el artículo de Barili destaca el paso de Falcón por Rauch a través de lazos familiares. En 1885 contrajo matrimonio con Juana Elizalde Bonepelche, perteneciente a una familia ligada al partido de Azul y con actividad comercial en Rauch incluso antes de la fundación del pueblo. Su cuñado, Ángel T. Falcón —también militar y hermano de Ramón—, se casó con Cecilia Elizalde, hermana de Juana, en una ceremonia celebrada en Rauch el 16 de marzo de 1887, donde el propio coronel Falcón ofició como testigo.
La hija de este matrimonio, Sara Falcón, visitaba frecuentemente a sus parientes rauchenses y solía pasear por las calles del pueblo en los veranos, convirtiéndose en una figura recordada por los antiguos vecinos. Además, Ángel T. Falcón fue designado como director de la penitenciaría de Sierra Chica ese mismo año.
Con esta publicación, Barili recupera una historia que entrelaza la vida de un personaje nacional con el pasado íntimo de la comunidad rauchense, recordándonos que la historia grande del país muchas veces se teje con hilos que pasan por los pueblos.

El 7 de septiembre 1906 recibió en su casa al Ministro del Interior Manuel A. Montes de Oca, quien llevaba consigo la propuesta del Presidente José María Figueroa Acorta para ser nombrado jefe de Policía de la Capital, tras la muerte del coronel Rodolfo S. Domínguez.
El coronel Ramón L. Falcón no dudo, asumiendo la jefatura de la policía el 10 de septiembre. En el cargo, creó el 17 de noviembre de 1906 la “Escuela del Cuerpo de Cadetes”, e impulsó la construcción de edificios para comisarías centrales. El 1 de mayo de 1907, los sindicatos de la ciudad realizaron una manifestación popular en conmemoración del “Día Internacional de los Trabajadores”, Ramón L. Falcón ordenó la represión del acto, lanzando un cuerpo de 120 policías a caballo que dispararon sus armas de fuego contra los civiles desarmados, sembrando las calles de muertos y heridos.
En julio de 1907 fue el encargado de ordenar el desalojo de las familias obreras, que se negaban a acatar el aumento unilateral de precios aplicado por su arrendadores. Con la ayuda del cuerpo de bomberos de la ciudad de Buenos Aires, que redujo los conatos de protesta arrojando a las familias agua helada con mangueras de alta presión, realizando los desalojos masivos.
El 1º de mayo de 1909 Ramón L. Falcón ordenó nuevamente reprimir la manifestación convocada por los anarquistas de la F.O.R.A. en Plaza Lorea, acto en conmemoración del día del trabajador, el accionar policial dejó 11 muertos y más de 105 heridos. El 16 de mayo propone la creación de una “Ley de Delitos de Imprenta” el derecho a reunión y sobre el anarquismo.
El domingo 14 de noviembre de 1909 el coronel Ramón L. Falcón regresa del entierro del comisario Antonio Ballvé acompañado de su secretario Juan Alberto Lartigau, ceremonia realizada en el cementerio de la Recoleta. El coche de caballos Milord, conducido por Isidoro Ferraris, tomó por la empedrada avenida Quintana bajando hacia Callao.
El coronel Falcón iba leyendo el diario y al acercarse a la esquina de Quintana y Junín, Simón Radowitzky, joven anarquista ucraniano, le arrojó una bomba de fabricación casera contra el carruaje en que viajaba. La bomba estalló entre las piernas de Ramón L. Falcón, ambos fueron despedidos del coche y sus piernas destrozadas.
Se le escuchó decir a Falcón: – ¡Qué le vamos hacer! ¡Son gajes del Oficio! El primero en llegar en su auxilio fue el comisario Eloy Udabe, jefe de la comisaría 15°, y fue Udabe a quien Falcón le entregó su revólver, su reloj de oro y su medalla de jefe de la repartición. Los heridos fueron trasladados en ambulancia, debiendo practicarle al coronel Ramón Falcón un torniquete en la pierna izquierda, que después amputaron, falleciendo a las 14:30horas en el Hospital Dr. Juan Antonio Fernández. El secretario Juan Alberto Lartigau, ya sin conocimiento, fue trasladado Hospital Castro, donde debieron amputarle la pierna derecha encontrando la muerte a las 20 horas.