El pasado fin de semana, el Ballet Folklórico Nacional Argentino celebró su 35° aniversario con dos funciones especiales en el Teatro Nacional Cervantes de la Ciudad de Buenos Aires. El evento reunió a actuales integrantes, ex bailarines, técnicos y figuras emblemáticas de su historia, en una emotiva velada que rindió homenaje a la trayectoria de la compañía y a la riqueza de la danza folklórica argentina.
Entre los ex integrantes convocados estuvo la rauchense Rosana Romano, una de las fundadoras del ballet en 1990 –también fue parte en esa época Fabián Irusquileblar-, quien participó en aquellos primeros años bajo la dirección de las legendarias figuras del folklore: Santiago “El Chúcaro” Ayala y Norma Viola. Romano, quien actualmente dirige el Ballet de Danzas Argentinas de la UNICEN en Tandil, expresó su profunda emoción por haber sido parte del homenaje.

“Fue muy emocionante. Hacía 34 años que con algunos no nos veíamos”, comentó Rosana a La Nueva Verdad de Rauch. “Agradecidos con Glenda Casaretto y Fernando Muñoz, que tomaron la decisión de convocarnos y reconocernos como los primeros que, junto a los maestros, abrimos camino”, señaló.
Durante las galas, el Ballet presentó un repertorio histórico que recorrió los momentos más emblemáticos de su trayectoria, interpretando coreografías que reflejan la esencia y diversidad del folklore nacional. Las funciones contaron con la presencia de alrededor de 20 de los 32 integrantes originales de 1990, aunque, según explicó Romano, “hay muchos compañeros que viven en otros países y provincias que no pudieron estar presentes”.
“El teatro los dos días estuvo lleno. El respeto y la ovación de la gente fue increíble. La gente se paraba para aplaudir. Fue muy fuerte”, añadió la bailarina. “Son regalos al alma que no imaginábamos. Muy agradecidos a esta gestión. Ha sido muy fuerte para nosotros”.

Bajo la actual dirección de Glenda Casaretto y la subdirección de Fernando Muñoz, el Ballet Folklórico Nacional continúa su labor de difusión, formación y creación en el campo de la danza folklórica. Este aniversario no solo celebró una trayectoria artística, sino que también reafirmó el compromiso de mantener viva la identidad cultural argentina a través de la danza.
El evento cerró con un gran aplauso del público y el reconocimiento a todos quienes han sido parte de esta historia, desde los escenarios hasta los ensayos, reafirmando el poder de la danza como vehículo de memoria, emoción y pertenencia.


