Mientras las rutas de la Provincia de Buenos Aires se encuentran en un estado deplorable, parece que las prioridades del gobierno pasan por otro lado. La falta de mantenimiento y control sobre el estado de las carreteras no solo pone en riesgo la seguridad de quienes las transitan, sino que también afectan vehículos y el transporte de bienes y personas.
La reciente noticia del aumento del 22% en la tarifa para renovar la oblea de la verificación técnica vehicular, que fue anunciado por la empresa Verauto por autorización del Gobierno, es un golpe más para los ciudadanos de Rauch. Este incremento, que entrará en vigor a partir de este lunes, se suma a la carga económica que ya soportan los conductores, quienes deben lidiar con vehículos dañados por el mal estado de las rutas.
La empresa verificadora comienza a operar este viernes y por un mes en Rauch. Su arribo marca para colmo el incremento del 22% en la tarifa actual por lo que los ciudadanos deberán abonar casi 10 mil pesos más de lo que se pagó hasta esta semana, por lo que renovar la oblea costará casi 55 mil pesos.
Resulta incomprensible cómo se puede justificar un aumento en la VTV cuando las condiciones de las rutas no cumplen con los estándares mínimos de seguridad.
El ejemplo más claro es el trayecto Tandil-Rauch. Desde hace años presenta irregularidades que se profundizan con el paso del tiempo, a la espera de que las autoridades provinciales tomen medidas concretas para mejorar la infraestructura vial. Esto no solo implica reparar las rutas existentes, sino también implementar controles efectivos que aseguren su mantenimiento a largo plazo. La seguridad vial, como la salud, el empleo, la seguridad, también debe ser una prioridad, y para ello, es esencial que las rutas estén en condiciones óptimas.