La ruta que conecta Tandil con Rauch se ha convertido en un símbolo de la falta de control y mantenimiento en las rutas provinciales. Los ciudadanos que transitan diariamente por este trayecto enfrentan no solo el deterioro del camino, sino también el peligro que representan los camiones con cargas excedidas.
El mal estado de la ruta Tandil-Rauch es una preocupación constante para los habitantes de la región. Los baches y el desgaste del asfalto no solo dificultan el tránsito, sino que también aumentan el riesgo de accidentes. A esto se suma la circulación de camiones que, excediendo los límites de carga permitidos, contribuyen al deterioro de la infraestructura vial.
La falta de políticas públicas efectivas para controlar el peso de los camiones es evidente. A pesar de las gestiones realizadas años atrás por el intendente Maximiliano Suescun ante la provincia y la Dirección de Vialidad, aún no se ha implementado una solución concreta. Una de las propuestas fue la instalación de una balanza fija en el cruce de las rutas 30-50, cerca de Villa San Pedro, frente al depósito municipal. Esta medida permitiría controlar el paso de camiones y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
Es imperativo que las autoridades prioricen la seguridad de los ciudadanos y el mantenimiento de las rutas provinciales. La implementación de controles efectivos, como la balanza fija propuesta, no solo velaría por el derecho de los ciudadanos a transitar por rutas seguras, sino que también contribuiría a preservar la infraestructura vial. La pregunta sigue siendo: ¿hasta cuándo tendremos que esperar para ver acciones concretas?