En el ámbito político, las decisiones a menudo están influenciadas, entre otras, por las relaciones personales. El reciente polémico desenlace del caso del concejal Roberto Papponetti, plantea interrogantes sobre la imparcialidad de las decisiones que muchas veces se adoptan desde los ámbitos de poder. Hay una pregunta relevante y trascendental: ¿Hubiese actuado el gobierno de la misma manera si Papponetti se mantenía alineado al intendente Maximiliano Suescun? Probablemente no.
Roberto Papponetti, fue designado en 2019 como director de Economía bajo la supervisión de Silvia Berrotarán, por entonces funcionara del Municipio a cargo de Desarrollo Social. Recientemente el concejal fue notificado de la decisión del Ejecutivo a que abandone el lugar que se le había asignado en el edificio de la ex Escuela Nro. 40 para desarrollar un proyecto de carácter productivo.
La decisión se da en el marco de las diferencias políticas que desde 2023 mantienen Papponetti y el intendente Suescun. Las diferencias, cada vez mayores, han generado una grieta en el bloque de concejales de Juntos. Esta fractura política ha llevado a Papponetti a adoptar una postura crítica y muchas veces en contra de los intereses del oficialismo.
La tensión entre las partes aumentó con la decisión del gobierno de reasignar el espacio que Papponetti utilizaba para su proyecto, y destinarlo a una familia en situación de calle. Esta decisión, aunque socialmente justificable, ha sido vista como una “represalia política”.
La pregunta que surge es si esta decisión hubiese sido la misma si Papponetti continuaba alineado políticamente al intendente. ¿Es posible que las diferencias políticas hayan precipitado esta acción?.
Con posturas diferentes y planteos contrapuestos, la “grieta” en el oficialismo se teje hacia adentro, en un escenario insalvable.