El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa y potencialmente grave, que se propaga fácilmente cuando la persona infectada elimina secreciones respiratorias al hablar, toser o estornudar, o por estar en contacto con cualquier objeto contaminado. Afecta sobre todo a los niños y en algunos casos puede ser letal.
Se manifiesta con fiebre alta, manchas rojas en la piel, secreción nasal, conjuntivitis y tos.
“No es una enfermedad banal si bien lo parece”, explicó la doctora Silvana Elisio. Aclaró que la mejor receta es la vacunación, ya que el hecho de no tener las dos dosis obligatorias puede causar graves complicaciones.
Por eso, la subdirectora del Hospital Municipal advirtió que ante la presencia de fiebre y manchas rojas en la piel, se debe consultar inmediatamente al médico.
La vacunación es la única medida efectiva para prevenir el sarampión. Niñas y niños de 12 meses a 4 años deben acreditar al menos una dosis de la vacuna triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y paperas. Los mayores de 5 años y adultos, dos dosis de doble o triple viral dadas después del año de vida.
Vacunarse garantiza la protección individual, pero también contribuye a la inmunidad colectiva, la única herramienta de prevención que tienen contra esta enfermedad quienes no pueden vacunarse, como los bebés menores de un año y las personas inmunocomprometidas, aclaró la pediatra.
Y detalló que menores de 12 meses a 4 años deben acreditar una dosis de vacuna triple viral, mientras que mayores de 5 años, adolescentes y personas adultas deben acreditar al menos dos dosis de vacuna con componente contra el sarampión.