Tarta de atún con masa casera: una receta sabrosa y fácil para compartir en Semana Santa

Durante Semana Santa, es común que aparezcan en la mesa platos clásicos como empanadas de vigilia, milanesas de soja o pescado al horno, ya que son opciones que respetan la costumbre de no comer carne. Así, para los que quieren algo diferente este año, la tarta de atún con masa casera puede volverse una gran elección, porque es rica, rendidora y muy fácil de preparar.

Ya sea para un almuerzo en familia o una cena tranquila, esta receta se adapta genial a cualquier momento del día. Su sabor suave pero sabroso, combina perfecto con una buena ensalada o un poco de arroz, y lo mejor es que se puede comer tanto caliente como fría, lo que la hace todavía más práctica para estos días largos de descanso.

INGREDIENTES

300 gramos de harina común.

150 gramos de manteca.

Sal a gusto.

Medio vaso de agua fría.

1 cebolla.

3 o 4 latas de atún.

1 morrón rojo y 1 verde.

2 huevos duros.

100 mililitros de crema de leche.

1 cucharada de harina.

1 cucharada de pimentón dulce.

PASO A PASO

1. Primero, colocá la harina en un bol grande junto con la sal y mezclá bien. Sumá la manteca fría cortada en cubos y, con las manos, integrá hasta lograr una textura arenosa. Luego, agregá el agua fría de a poco mientras unís todo hasta formar una masa suave. No hace falta amasar demasiado, solo lo justo para que no se desarme. Hacela bolita, envolvela en film y dejala descansar en la heladera al menos 30 minutos.

2. Mientras tanto, empezá con el relleno. Picá la cebolla y los morrones en cubitos chicos y saltealos en una sartén con un chorrito de aceite hasta que estén tiernos. Una vez listos, agregá una cucharada de harina y revolvé bien para que se mezcle todo y tome un poco de cuerpo. Sumá el atún desmenuzado, los huevos duros picados, la crema de leche, el pimentón dulce y sal a gusto. Cociná un par de minutos más mientras integrás todo y después apagá el fuego para que enfríe un poco.

3. Una vez que la masa descansó, dividila en dos partes. Estirá una mitad sobre una mesada enharinada hasta que te quede finita y cubrí la base de una tartera previamente enmantecada. Volcá el relleno ya frío encima, distribuyendo bien. Estirá la otra parte de la masa y tapá la tarta. Cerrá bien los bordes, hacé un pequeño agujero en el centro para que respire y podés pincelar con huevo batido si querés que quede más dorada.

4. Llevá la tarta al horno precalentado a 180 grados y cociná por unos 30 a 40 minutos, o hasta que veas la masa bien cocida y dorada. Cuando la saques del horno, dejala reposar antes de cortar. Queda espectacular recién hecha, pero también es riquísima al día siguiente.